Ligas Agrarias

Ex integrante de la , fundador y director del dedicado a la investigación de la problemática social. Profesor de Política Social en la y de la . Fue colaborador en la organización y formación de dirigentes en el y las . Participa en Medellín redactando el artículo de “Justicia”. En 1979 debido a algunas diferencias con la dirigencia eclesial y particularmente con el cierre del CIAS, por entonces , decide abandonar la orden y casarse tres años después.

Norma fue miembro del Movimiento Rural en la provincia de Corrientes y en el nordeste argentino durante la década de 1960, primero como parte de la Acción Católica y luego de manera independiente. Fue secuestrada por fuerzas de seguridad el 30 de noviembre de 1971, estuvo desaparecida y luego detenida como presa política hasta el 5 de mayo de 1972. Integró las Ligas Agrarias y el 25 de agosto fue secuestrada nuevamente durante dos días, junto a su marido, en la ciudad de Buenos Aires. En 1977 se exilió, primero en Montevideo y luego en Madrid, y regresó a Buenos Aires en 1984. Desde 1991 Norma es alfabetizadora en la Villa 31 de Retiro. Nota: publicó "Con el canto del último gallo" y prestó testimonio para el documental "El campo de pie: un documental sobre las luchas agrarias en el nordeste argentino durante los años 60 y 70". Este testimonio, que se integra a la Colección Insumisas, es parte de un proyecto impulsado por Memoria Abierta en conjunto con Mujeres de la Tierra que hemos denominado Insumisas de la Tierra. La colección tiene el objetivo de reconstruir la historia política de las mujeres rurales en Argentina, la militancia en el campo y las resistencias desde las voces de sus protagonistas. Las entrevistas que la integran parten de la experiencia de las mujeres trabajadoras de la tierra, campesinas y agricultoras sobre las distintas esferas en las que se desarrollan. Se trata de relatos de mujeres de diferentes generaciones y con experiencias muy diversas, por esa razón algunos son muy breves y otros extensos.

Beatriz “Tudy” Noceti fue colaboradora en la organización y formación del Movimiento Rural y las Ligas Agrarias desde su juventud. Durante la entrevista relata las condiciones de trabajo, las luchas y la organización de las mujeres campesinas del noroeste del país. Junto a otros compañeros fundan el CEPRU (Centro de Promoción Rural); el cual se disuelve con la creación del MUCAAR (Mujeres Campesinas y Aborígenes Argentinas). En el momento de la entrevista, Tudy sigue manteniendo relaciones con los grupos de mujeres campesinas, aunque no participa activamente de esas organizaciones. Este testimonio, que se integra a la Colección Insumisas, es parte de un proyecto impulsado por Memoria Abierta en conjunto con Mujeres de la Tierra que hemos denominado Insumisas de la Tierra. La colección tiene el objetivo de reconstruir la historia política de las mujeres rurales en Argentina, la militancia en el campo y las resistencias desde las voces de sus protagonistas. Las entrevistas que la integran parten de la experiencia de las mujeres trabajadoras de la tierra, campesinas y agricultoras sobre las distintas esferas en las que se desarrollan. Se trata de relatos de mujeres de diferentes generaciones y con experiencias muy diversas, por esa razón algunos son muy breves y otros extensos.

Ofelia Medina nació en 1947 en Legua 5, La Matanza, una zona rural del Departamento de Sáenz Peña, en el centro norte de la provincia de Chaco. Miembro de una familia católica y peronista de pequeños agricultores cooperativistas dedicados a la siembra del algodón en 25 hectáreas de tierra fiscal. Su padre y madre eran correntinos, peones rurales que migraron al Chaco, donde trabajaron en La Forestal. Siendo adolescente se integró los grupos de jóvenes campesinos del Movimiento Rural de Acción Católica. En 1968 participó del Curso de Formación de “primer nivel” en Resistencia. Ese año reemplazó a Susana Barberena referente del Movimiento Rural Cristiano, integrándose en la Coordinación Nacional. Participó del Movimiento Internacional de la Juventud Agraria y Católica de América Latina y el Caribe, como dirigente campesina de las Ligas Agrarias. A mediados de 1972 migró a la provincia de Mendoza desvinculándose de las Ligas chaqueñas. Fue la primera mujer oradora en el acto de surgimiento de las Ligas Agrarias de Chaco, el Cabildo Abierto del 14 de noviembre de 1970. Este testimonio, que se integra a la Colección Insumisas, es parte de un proyecto impulsado por Memoria Abierta en conjunto con Mujeres de la Tierra que hemos denominado Insumisas de la Tierra. La colección tiene el objetivo de reconstruir la historia política de las mujeres rurales en Argentina, la militancia en el campo y las resistencias desde las voces de sus protagonistas. Las entrevistas que la integran parten de la experiencia de las mujeres trabajadoras de la tierra, campesinas y agricultoras sobre las distintas esferas en las que se desarrollan. Se trata de relatos de mujeres de diferentes generaciones y con experiencias muy diversas, por esa razón algunos son muy breves y otros extensos.

Ramona Galbastro nació en 1948 en la zona rural de Pampa Grande, departamento Comandante Fernández, Chaco. Miembro de una familia de pequeños agricultores algodoneros. A los 21 años comenzó a participar de las reuniones de jóvenes del Movimiento Rural de Acción Católica, dependiente de la diócesis de Sáenz Peña. Participó de la formación de las Ligas Agrarias de Chaco y junto a su marido, Ramón “Guasuncho” Chávez, fueron delegados zonales de la organización en la zona de Tres Isletas. Participó de diversos cursos de formación política organizados por el Movimiento Rural. Fueron perseguidos por motivos políticos por las fuerzas de seguridad local desde inicios de 1975. En 1977 su marido Ramón fue secuestrado, permaneciendo detenido hasta diciembre de 1983. Ramona estuvo detenida ilegalmente en la Brigada de Investigaciones de Resistencia durante un mes, en 1977. Durante el cautiverio de su marido padeció los allanamientos sistemáticos en su chacra por parte de la policía y el ejército, la tortura física y psicológica. Recorrió diversas provincias junto a su hijo pequeño por los traslados de su marido secuestrado, trabajando como empleada doméstica en ciudades como La Plata, Buenos Aires o Rawson. Tras el retorno democrático y la libertad de Ramón retornaron al campo, al trabajo en la chacra. Motorizaron la reorganización de las familias campesinas, primero en la organización en la Unión de Pequeños Productores de Chaco y luego, a comienzos de siglo XXI conformaron la Asociación Ligas Agrarias junto a otros dirigentes liguistas como Osvaldo Quique Lovey. En 2016, tras la sanción de las leyes de reparación económica, testimoniaron por primera por las violaciones de Derechos Humanos padecida, en el marco del Programa de Acompañamiento a Víctimas del Terrorismo de Estado de la Comisión Provincial de la Memoria de Chaco. Este testimonio, que se integra a la Colección Insumisas, es parte de un proyecto impulsado por Memoria Abierta en conjunto con Mujeres de la Tierra que hemos denominado Insumisas de la Tierra. La colección tiene el objetivo de reconstruir la historia política de las mujeres rurales en Argentina, la militancia en el campo y las resistencias desde las voces de sus protagonistas. Las entrevistas que la integran parten de la experiencia de las mujeres trabajadoras de la tierra, campesinas y agricultoras sobre las distintas esferas en las que se desarrollan. Se trata de relatos de mujeres de diferentes generaciones y con experiencias muy diversas, por esa razón algunos son muy breves y otros extensos.

Irma Molina Yanda nació en 1963 en el Lote 18 de Tres Isletas, en el Departamento de Maipú, Chaco. Sus abuelos llegaron en las primeras décadas del siglo XX desde Yugoslavia y se asentaron como agricultores en las zonas rurales del norte de Chaco. De familia católica y peronista, fueron pequeños algodoneros, ocupantes fiscales de cuatro hectáreas. Eran socios de la cooperativa de Tres Isletas, donde entregaban el algodón. Su familia padeció recurrentemente el intento de desalojo por parte del poder económico local con la connivencia de las fuerzas de seguridad. A comienzos de los años setenta junto a las Ligas Agrarias participaron de acciones de resistencia que culminaron en uno de los conflictos de tierra más importantes en la zona, conocido como la “Marcha de las Vacas”. Irma recuerda la participación protagónica de su madre, Elena, en ese conflicto. El 19 de agosto de 1972 las Ligas Agrarias organizaron una masiva acción de protesta, signada por el arreo de unas 100 vacas de la hacienda Hernández hasta la plaza central del pueblo. Miles de familias acompañaron en carros, camionetas y a caballo, el día que se conmemoraba el día de Tres Isletas. Tras el golpe de 1976 su familia padeció la represión estatal, el hostigamiento cotidiano de la policía y el ejército. Mientras su padre logró esconderse en el monte, las mujeres quedaron en las chacras. Durante esos allanamientos cotidianos Irma y su madre Elena padecieron la tortura física y psicológica. Su padre y madre estuvieron secuestrados en diversas oportunidades. Nunca testimoniaron por las violaciones de Derechos Humanos padecidas. Este testimonio, que se integra a la Colección Insumisas, es parte de un proyecto impulsado por Memoria Abierta en conjunto con Mujeres de la Tierra que hemos denominado Insumisas de la Tierra. La colección tiene el objetivo de reconstruir la historia política de las mujeres rurales en Argentina, la militancia en el campo y las resistencias desde las voces de sus protagonistas. Las entrevistas que la integran parten de la experiencia de las mujeres trabajadoras de la tierra, campesinas y agricultoras sobre las distintas esferas en las que se desarrollan. Se trata de relatos de mujeres de diferentes generaciones y con experiencias muy diversas, por esa razón algunos son muy breves y otros extensos.

Nelida Elsa Balcazar de Mussin nació en 1943 en El Tacurual, un paraje rural al norte de Quitilipi. Miembro de una familia peronista de pequeños agricultores algodoneros. Trabajó en la chacra familiar junto a sus trece hermanos. Participó de las Ligas Agrarias en la zona de Sáenz Peña. Su marido Francisco “Pancho” Mussin, fue delegado zonal de las Ligas en Sáenz Peña y miembro de la Comisión Coordinadora Central. Estuvo detenido desaparecido durante un mes, primero en la comisaría del pueblo y luego en Resistencia, en la Brigada de Investigaciones. Luego permaneció con prisión domiciliaria en la chacra (libertad vigilada) hasta el fin de la dictadura. Durante el cautiverio de su marido Nélida padeció sucesivos allanamientos por parte de las fuerzas de seguridad en la chacra, tortura física y psicológica. Nunca testimoniaron por las vejaciones padecidas durante el terrorismo de Estado. Este testimonio, que se integra a la Colección Insumisas, es parte de un proyecto impulsado por Memoria Abierta en conjunto con Mujeres de la Tierra que hemos denominado Insumisas de la Tierra. La colección tiene el objetivo de reconstruir la historia política de las mujeres rurales en Argentina, la militancia en el campo y las resistencias desde las voces de sus protagonistas. Las entrevistas que la integran parten de la experiencia de las mujeres trabajadoras de la tierra, campesinas y agricultoras sobre las distintas esferas en las que se desarrollan. Se trata de relatos de mujeres de diferentes generaciones y con experiencias muy diversas, por esa razón algunos son muy breves y otros extensos.

Asunción Acosta nació en 1942 en Ciervo Petiso una zona rural de Machagay, provincia de Chaco. Es la mayor de 6 hermanos de una familia de pequeños agricultores algodoneros. Desde pequeña trabajó en la chacra familiar. Junto a su marido Daniel Ríos fueron socios de la cooperativa algodonera del pueblo. Formó parte de la organización de las Ligas Agrarias en Machagay. Su marido fue miembro de la comisión central de la organización. Luego del golpe de Estado padecieron la represión estatal de forma sistemática sistemática. Su marido fue secuestrado en recurrentes oportunidades por parte del ejército y la policía provincial, incluso varias veces durante un mismo mes. Asunción quedaba a cargo de chacra, padeciendo allanamientos cotidianos con torturas físicas y psicológicas. Nunca testimonió por los crímenes de Estado que vivieron. Este testimonio, que se integra a la Colección Insumisas, es parte de un proyecto impulsado por Memoria Abierta en conjunto con Mujeres de la Tierra que hemos denominado Insumisas de la Tierra. La colección tiene el objetivo de reconstruir la historia política de las mujeres rurales en Argentina, la militancia en el campo y las resistencias desde las voces de sus protagonistas. Las entrevistas que la integran parten de la experiencia de las mujeres trabajadoras de la tierra, campesinas y agricultoras sobre las distintas esferas en las que se desarrollan. Se trata de relatos de mujeres de diferentes generaciones y con experiencias muy diversas, por esa razón algunos son muy breves y otros extensos.

Adelina de León nació en 1949 en Buenos Aires. Estudió en una escuela normal en la que se recibió de maestra. En 1970 comenzó la carrera de sociología en la UBA. En simultáneo comenzó a participar del trabajo barrial en la zona sur del conurbano bonaerense junto a miembros del Movimientos de Sacerdotes del Tercer Mundo conformando el Grupo de Intercambio Urbano Rural. A través del contacto con el obispo de Goya, Monseñor Alberto Devoto, comenzaron a visitar las colonias rurales del noreste para conocer la realidad del campesinado. En ese momento se estaban conformando las Ligas Agrarias en Chaco. Adelina se integró en la organización, y en 1973 se fue a vivir al campo, en el norte de Chaco. Llego a participar de la comisión coordinadora central. Estuvo a cargo del recorrido de colonias en la zona de Quitilipi. En abril de 1975 fue detenida ilegalmente por parte de la policía provincial, junto a su esposo Osvaldo Quique Lovey y el asesor legal de las Ligas, Luís Rodríguez. Liberada tres meses más tarde, fue secuestrada nuevamente luego del golpe de estado, en octubre de 1976 en Buenos Aires. Trasladada a Chaco donde continuó cautiva hasta diciembre de ese año. Luego de liberada fue cesanteada hasta el retorno constitucional. Ya en democracia integró el gremio docente CTERA donde milita hasta el día de hoy. En 2018 testimonió por primera vez en la Fiscalía Federal de Chaco, por las vejaciones padecidas en cautiverio, que incluyeron la tortura y la violación. Este testimonio, que se integra a la Colección Insumisas, es parte de un proyecto impulsado por Memoria Abierta en conjunto con Mujeres de la Tierra que hemos denominado Insumisas de la Tierra. La colección tiene el objetivo de reconstruir la historia política de las mujeres rurales en Argentina, la militancia en el campo y las resistencias desde las voces de sus protagonistas. Las entrevistas que la integran parten de la experiencia de las mujeres trabajadoras de la tierra, campesinas y agricultoras sobre las distintas esferas en las que se desarrollan. Se trata de relatos de mujeres de diferentes generaciones y con experiencias muy diversas, por esa razón algunos son muy breves y otros extensos.

Ana Olivo fue militantes de las Ligas Agrarias de Corrientes, ella y su familia sufrieron la represión. Ana fue secuestrada dos veces, la primera el 15 de septiembre de 1975 desde la casa de sus padres en Paraje Vaca Paso, esa vez recuperó su libertad al poco tiempo, pero en marzo del ‘76 la detuvieron nuevamente hasta junio del 77. Permaneció secuestrada en la Agrupación "Mesopotamia Sur" de Gendarmería Nacional y en el Escuadrón 7 "Paso de los Libres" de Gendarmería Nacional, luego fue trasladada al Penal de Villa Devoto. Su hermano Tonito, secuestrado en 1976 continúa desaparecido. Ella y su novio Sergio Tomasella, que estaba detenido desde 1974, se exiliaron en México cuando lograron salir de la cárcel, allí se casaron y volvieron a la Argentina en marzo de 1984. Se instalaron en Corrientes, en la localidad de Lavalle y allí volvieron a trabajar la tierra. Posteriormente Ana se integró a Memoria, Derechos Humanos y Solidaridad (MEDEHS), la organización de Derechos Humanos de Goya. Declaró ante el Tribunal Oral Federal de Corrientes en el juicio que fue resultado de la acumulación de dos causas: las víctimas de las Ligas Agrarias, que tiene como único acusado al ex jefe de la Agrupación “Mesopotamia Sur” de Gendarmería Nacional de Curuzú Cuatiá, Domingo José Issler, y la que trata los secuestros padecidos por las otras cinco personas en distintos puntos de la provincia. Este testimonio, que se integra a la Colección Insumisas, es parte de un proyecto impulsado por Memoria Abierta en conjunto con Mujeres de la Tierra que hemos denominado Insumisas de la Tierra. La colección tiene el objetivo de reconstruir la historia política de las mujeres rurales en Argentina, la militancia en el campo y las resistencias desde las voces de sus protagonistas. Las entrevistas que la integran parten de la experiencia de las mujeres trabajadoras de la tierra, campesinas y agricultoras sobre las distintas esferas en las que se desarrollan. Se trata de relatos de mujeres de diferentes generaciones y con experiencias muy diversas, por esa razón algunos son muy breves y otros extensos.

Adelina, Norma y Beatriz han sido militantes de las Ligas Agrarias con distintas experiencias trayectorias de vida y de activismo. En esta entrevista colectiva dialogan sobre esas experiencias y sobre la importancia de recuperar esas memorias en el presente. En este Archivo además hay entrevistas individuales de cada una de ellas. Este testimonio, colectivo que se integra a la Colección Insumisas, es parte de un proyecto impulsado por Memoria Abierta en conjunto con Mujeres de la Tierra que hemos denominado Insumisas de la Tierra. La colección tiene el objetivo de reconstruir la historia política de las mujeres rurales en Argentina, la militancia en el campo y las resistencias desde las voces de sus protagonistas. Las entrevistas que la integran parten de la experiencia de las mujeres trabajadoras de la tierra, campesinas y agricultoras sobre las distintas esferas en las que se desarrollan. Se trata de relatos de mujeres de diferentes generaciones y con experiencias muy diversas, por esa razón algunos son muy breves y otros extensos.